Creamos esta hidromiel en colaboración con Miel MOZ, quienes facilitaron una miel fermentada de orígen monofloral de aceitilla, cosechada en Jerez, Zacatecas. La miel fermentada surge cuando en el panal la miel desarrolla un alto índice de humedad, adquiriendo así un sabor y cualidades aromáticas únicas que se expresan en esta hidromiel. Con ella hacemos honor a nuestros ancestros, haciendo nuestra versión de lo que es probablemente la primera bebida fermentada disfrutada por nuestra especie y de la cual han participado culturas de todo el mundo, incluyendo las prehispánicas. Para hacerla, diluimos la miel con agua de lluvia y fermentamos en barrica de roble con levadura silvestre del Jardín del Axolote—nuestro bosque comestible ubicado a las faldas de un volcán en el Corredor Biológico del Chichinautzin, en Ciudad de México.