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campesino cortando mazorca de maíz criollo por camila jurado

maíz transgénico, el fin del oficio campesino y el futuro de nuestro terruño

hace unos días México perdió una disputa clave en el marco del t-mec que obliga al país a permitir la importación de maíz transgénico para consumo humano. 

pero, ¿qué es el maíz transgénico y por qué esto es tan importante?

fotos por Camila Jurado

la modificación transgénica de una semilla implica la inserción de material genético de otra especie en el genoma de la planta. hoy día, la gran mayoría de los cultivos de maíz son transgénicos– o híbridos, que explicaremos más adelante– que han sido modificados para resisitir el uso de herbicidas como el glifosato.

los argumentos típicos en defensa de los transgénicos aluden a que el maíz transgénico como tal no se ha demostrado nocivo para la salud y que además no sólo es modificado para resistir el uso de herbicidas, sino también para desarrollar ciertas cualidades específicas que pueden considerarse beneficiosas. se citan modificaciones para generar mayor contenido nutricional; tolerancia a condiciones climáticas adversas; mejorar el rendimiento por hectárea; resistencia a infecciones por hongos, bacterias o virus; facilitar su uso en la producción de biocombustibles, plásticos biodegradables u otros productos industriales.

aunque estas cualidades positivas son las que se promueven en el desarrollo de maíces transgénicos, el porcentaje de semillas transgénicas modificadas principalmente para tolerar herbicidas y otros agroquímicos es cerca del 90% del total de las semillas de maíz transgénico cultivadas globalmente. mientras que las llamadas modificaciones benéficas antes citadas representan un porcentaje ínfimo del total. por ejemplo, menos del 5% de las semillas transgénicas de maíz cultivadas globalmente han sido modificadas para tolerar condiciones de sequía y menos del 1% para mejorar su perfil nutricional.

las modificaciones transgénicas para la resistencia a herbicidas, como el glifosato, se argumentan como una solución para la producción de alimentos porque permiten controlar eficazmente las “malezas” –muchas de ellas también llamadas quelites– sin dañar los cultivos trasngénicos, lo que incrementa los rendimientos agrícolas.

este enfoque busca reducir las pérdidas por competencia entre cultivos y “malezas”, optimizando el uso de la tierra y recursos como el agua y los fertilizantes. además, se promueven como una forma de simplificar las prácticas agrícolas, disminuyendo la necesidad de rotaciones y el laboreo intensivo– reemplazado por tractores– que, en teoría, ahorra costos y tiempo.

los defensores sostienen que estas tecnologías son esenciales para alimentar a una población mundial en crecimiento, al facilitar una producción más eficiente y adaptable en diferentes condiciones climáticas y de suelos. sin embargo, estas soluciones han sido ampliamente cuestionadas, sobre todo en el contexto de una economía de mercado donde los enormes costos sociales asociados a la agricultura basada en agroquímicos no son cubiertos por los productores masivos.

impacto socioambiental derivado del uso de semillas transgénicas

trabajar con herbicidas y agroquímicos asociados a los monocultivos transgénicos de maíz tiene implicaciones profundas tanto para la diversidad agrícola como para el bienestar y la salud de los productores y consumidores.

1. impacto en la diversidad agrícola:

pérdida de variedades nativas: el uso de semillas transgénicas desplaza las variedades locales de maíz, que son fundamentales para la biodiversidad genética. estas variedades nativas, adaptadas a condiciones específicas del suelo y el clima, son esenciales para la resiliencia frente al cambio climático y otras amenazas.

erosión genética: al depender de unas pocas variedades transgénicas uniformes, se reduce la riqueza genética del cultivo. esto aumenta la vulnerabilidad a enfermedades y plagas, ya que no hay suficiente diversidad genética para enfrentar nuevas amenazas. sobre todo en monocultivos que es como se cultivan estás semillas. la fortaleza de los ecosistemas frente a la enfermedad radica precisamente en su diversidad, que es exactamente lo opuesto a un monocultivo.

desconexión cultural: las variedades nativas tienen un profundo significado cultural en méxico, siendo centrales en la alimentación, tradiciones y ceremonias. su desplazamiento implica también una pérdida cultural.

2. impacto en el bienestar y salud de los productores y consumidores:

dependencia económica: los agricultores que adoptan semillas transgénicas son obligados a comprarlas anualmente junto con los agroquímicos específicos requeridos para su manejo. creando una dependencia a las megaempresas proveedoras, reduciendo su autonomía y aumentando sus costos de producción.

exposición a agroquímicos: el uso intensivo de herbicidas como el glifosato, asociado a estas semillas, expone a los agricultores a sustancias químicas profundamente tóxicas y nocivas para la salud. numerosos estudios vinculan el glifosato con problemas de salud, incluidos trastornos endocrinos y digestivos, efectos cancerígenos y toxicidad transgeneracional. por supuesto los cultivos a base de agorquímicos también tienen serias implicaciones sobre la salud del consumidor que acaba introduciendo todos estos químicos tóxicos y cancerígenos en su cuerpo.

degradación de la salud comunitaria: el manejo y la exposición a estos químicos no solo afecta a los productores, sino también a las comunidades cercanas, contaminando fuentes de agua y aire.

3. implicaciones ambientales y sociales conexas:

contaminación del suelo y el agua: el uso masivo de herbicidas degrada los suelos, disminuyendo su fertilidad a largo plazo, y contamina cuerpos de agua cercanos, afectando ecosistemas enteros. mata indiscriminadamente plantas no objetivo, disminuyendo la diversidad vegetal y afectando la fauna que depende de esas plantas. la pérdida de flora silvestre reduce hábitats y fuentes de alimento para abejas, mariposas y otros polinizadores; especies clave en la salud de los ecosistemas.

desplazamiento de prácticas agrícolas sostenibles: la promoción de sistemas intensivos con transgénicos desplaza prácticas tradicionales como la milpa, que sí son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

desigualdad social: las tecnologías transgénicas suelen beneficiar a grandes productores y empresas, mientras que los pequeños agricultores quedan excluidos o enfrentan desventajas económicas enormes.

polinización cruzada y la inevitable hibridación de nuestras semillas

por si fuera poco, a través de la polinización cruzada, el uso de transgénicos se ha propagado literalmente como virus. basta una sola plantación transgénica para que todas las criollas en su entornos se conviertan involuntariamente en transgénicas híbridas.

las semillas híbridas resultan de la polinización cruzada, proceso mediante el cual el polen de una planta transgénica fertiliza los óvulos de una planta criolla, resultando en semillas híbridas que contienen los genes modificados de la planta transgénica.

el polen de las plantas transgénicas puede ser transportado por el viento, insectos, agua o maquinaria agrícola hasta las flores de plantas criollas cercanas. las semillas resultantes de esta polinización germinarán en el siguiente ciclo agrícola, produciendo plantas criollas con características transgénicas, también llamadas híbridas.

es de esta forma que la polinización cruzada amenaza la preservación de variedades criollas, que son un patrimonio genético y cultural invaluable.

por décadas, megaempresas transnacionales farmacéuticas dueñas de las patentes transgénicas han utilizado la polinización cruzada como base para presentar demandas contra agricultores, argumentando que las semillas que contienen genes transgénicos patentados violan sus derechos de propiedad intelectual. eligiendo ignorar el hecho que la polinización cruzada es un proceso natural fuera del control de los campesinos, quienes en la mayoría de los casos no tenían intención alguna de usar o propagar material genético transgénico.

estas megaempresas transnacionales utilizan dichas demandas para consolidar su control sobre los sistemas agrícolas globales. así es el absurdo constructo legal en que nos encontramos hoy en día, que ha reducido la autonomía de los agricultores y puesto en jaque mate a nuestra soberanía alimentaria.

dejando a un lado el tema de las patentes. si la polinización cruzada implica la inevitable hibridación de todas nuestras semillas, habría que preguntar por las implicaciones que esto tiene sobre las aspiraciones a un modelo de agricultura basada en la agroecológica. lamentablemente, resulta que el atropello social implícito en la propagación libre de semillas transgénicas es monumental pues bajo condiciones de agricultura libre de agroquímicos es mucho menor el rendimiento de las semillas transgénicas que el de las semillas criollas que la polinización cruzada ha destinado a la desaparición.

efectivamente, bajo condiciones de agricultura agroecológica, que busca minimizar el uso de insumos externos, fomentar la biodiversidad y regenerar los suelos, las semillas criollas suelen tener un mucho mejor rendimiento en comparación con las transgénicas e híbridas.

ventajas de las semillas criollas:

1. adaptación al entorno local:

las semillas criollas han sido seleccionadas por generaciones para adaptarse a las condiciones climáticas, del suelo y a los desafíos locales (plagas y enfermedades) de una región específica. son más resilientes a variaciones climáticas, como sequías o lluvias intensas, comunes en sistemas agroecológicos.

2. interacción con la biodiversidad:

se integran mejor en sistemas diversificados (como policultivos), aprovechando la sinergia entre cultivos y contribuyendo a la salud del ecosistema agrícola.

no dependen de agroquímicos y se benefician de prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y el manejo integrado de plagas.

limitaciones de las transgénicas e híbridas en agroecología:

1. dependencia de insumos externos:

están diseñadas para sistemas agrícolas industriales que dependen de herbicidas, fertilizantes y monocultivos. sin estos insumos, su rendimiento tiende a disminuir significativamente.

2. menor adaptabilidad:

su diseño genético no está enfocado en la resiliencia a condiciones locales diversas, sino en maximizar rendimientos en ambientes controlados que no son naturales.

las implicaciones del fallo en contra de México, a favor de los transgénicos

el maíz y el campo nos dieron identidad. cuidarlos es cuidar quiénes somos y quiénes seremos.

sólo juntos llegaremos a dónde queremos.

el reciente fallo en contra de México obliga a reflexionar no sólo sobre el maíz, sino sobre todos los alimentos que consumimos.

el modelo agrícola basado en transgénicos y agroquímicos tiene los más profundos efectos negativos en el bienestar social, tanto desde una perspectiva económica como de salud.

los transgénicos así como las modificaciones genéticas más simples orientadas a la resistencia al uso de herbicidas y otros agroquímicos están a la base de la crisis de salud de nuestra sociedad, así como la crisis ambiental y pérdida de diversidad biológica y cultural.

promover alternativas como el uso de variedades nativas/criollas, la agroecología y sistemas agrícolas regenerativos no sólo preserva la diversidad biocultural, sino que también fortalece la autonomía y la salud de las comunidades agrícolas a la base de nuestro sustento, soberanía y felicidad.

la soberanía alimentaria no es sólo un tema pertienente para los campesinos, es una causa de todos. con transgénicos y monocultivos químicos estamos destinados a la agonía del deterioro social y un futuro tremendamente triste. nadie, ni el más rico ni el consumidor de pura comida “certificada orgánica” está exento de esta realidad.

a la base de este debate se encuentra la crisis de salud, el abandono del campo y con él la crisis de inseguridad que se viven en México. nos estamos envenenando y matando, sabemos perfectamente por qué y por alguna razón aquí seguimos, comiendo mierda mientras nos morimos de formas espeluznantes y aplaudimos como focas idiotizadas a quienes nos han puesto en esta deplorable situación.

sin maíz no hay país… y tantas otras frases célebres incapaces de expresar la tan profunda gravedad existencial de la situación en que nos encontramos.

¡despierta!

si no somos todos, no es ninguno. todos somos uno.

¿qué podemos hacer juntos?

apoya lo natural y local. busca productos que respeten la biodiversidad y las tradiciones.

infórmate. pregunta de dónde vienen los ingredientes de lo que consumes y cómo fueron producidos.

actúa. cambia hábitos pequeños como comprar en mercados locales o apoyar marcas responsables que priorizan la trazabilidad.

cada alimento cuenta una historia. elige el respeto por la naturaleza, las comunidades campesinas y la historia de la que quieres formar parte.

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